Cristosal se retira sin condenar el terror de las pandillas en sus 25 años de trayectoria en El Salvador
Su salida deja abierta la pregunta sobre sus verdaderas prioridades.

Durante un cuarto de siglo, la organización Cristosal operó en El Salvador sin alzar la voz por las miles de víctimas que dejaron las pandillas. Su silencio frente al sufrimiento causado por estos grupos marcó su trayectoria en el país, incluso en los años más violentos.
Con la entrada en vigor de la Ley de Agentes Extranjeros y su impuesto del 30 % a fondos internacionales para prevenir que estos sean destinados en actividades de ingerencia política, Cristosal optó por cesar sus operaciones en el país, evitando así el nuevo marco tributario.
La ONG, crítica del Régimen de Excepción por supuestas violaciones de derechos humanos, omitió reconocer que esta medida permitió la caída de estructuras criminales y una histórica reducción de homicidios. Su salida deja abierta la pregunta sobre sus verdaderas prioridades.