Empleo y desempleo, carreteras para el estrés


Y es que no importa la dirección en que camines, todas las rutas tienen como punto de llegada el estrés.

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En 2007, Antonio (Nombre ficticio) tenía un salario que no era malo acorde a la realidad del país; a los $700 dólares que ganaba mensuales le sumaba horas extras y depreciación de su vehículo. Aparte, ejercía su profesión y le apasionaba lo que hacía, pero estaba a miles de kilómetros de la felicidad.

Los horarios de trabajo eran extenuantes, los jefes mostraban a cada momento su mal genio y su estabilidad laboral se movía sobre un hilo delgado, lo que sumado a la falta de vida social y familiar  desembocó en un tsunami de estrés que lo llevó a la renuncia, y a un mar de estrés.

Y es que no importa la dirección en que camines, todas las rutas tienen como punto de llegada el estrés. Medline Plus, sitio web, producido por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos,  afirma que todo mundo tiene estrés laboral, incluso si le gusta su trabajo, pero también estresa el desempleo.

Para el empleado, trabajar muchas horas, manejar una carga de trabajo pesada, tener un empleo con situaciones de peligro, el ruido continuo, no tener un trabajo definido o desempeñar demasiadas funciones pueden ser causas de estrés. También puede resultar estresante el hecho que los equipos gerenciales  no permitan que los empleados participen en la toma de decisiones, problemas con jefes y compañeros, incluso sentir el temor de despido o  que se estanca en su carrera.

Pero el problema no acaba aquí. El estrés laboral incrementa el riesgo a sufrir problemas cardíacos, dolores de espalda, depresión y agotamiento, así como dificultades del sistema inmunitario, sostiene la revista especializada.

Más aquí no hay héroe ni villano. Antonio, después de tapizar oficinas con su currículo, y ofrecerse de empleado hasta por $300 dólares mensuales en empresas ferreteras, comprendió que ser desempleado puede ser mucho más estresante.

El desempleo te lleva los problemas a la casa. Sin ingresos  se acaba el bienestar, los pagos de recibos se vuelven dolores de cabeza, escasea la alimentación y los encontronazos de pareja se vuelven frecuentes y estresantes.

Es decir, tanto el empleo como el desempleo son carreteras que te llevan