Encuentran esqueletos con rastros de haber sido parte de cultos satánicos


Palos, ramas, un cuenco, plumas de ave, un cuchillo, cañas, una muñeca de juguete y diversos objetos más, se encontraron junto a los esqueletos.

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El pasado sábado, un grupo de buceadores encontró en las aguas situadas bajo el peñón de Ifach, en la localidad de Calpe, en Alicante, España, un fardo que contenía restos óseos humanos, consistentes en un esqueleto casi completo, envuelto en una sábana junto a algunos palos, ramas, un cuenco y plumas de ave, según informa el diario 'El País'.

"Estábamos haciendo un curso en la zona de la Roca Plana, detrás del peñón, y vi en el fondo lo que me pareció una bolsa de basura. Bajé a por ella y cuando me acerqué ví como una sábana anudada. La abrí un poco y vi una muñeca. Subí, lo entregué al patrón y continué con el buceo", describe Cristian, instructor de buceo y descubridor de la primera saca.

Posteriormente, el domingo se volvió a localizar un segundo paquete, el que, además de restos óseos (algunos podrían ser humanos y otros no) había un cuchillo, cañas, una muñeca de juguete y diversos objetos más.

Los restos han sido enviados al Instituto Anatómico Forense para un estudio "más exhaustivo" y una posible extracción de ADN, para intentar identificarlos.

Varios testigos, pertenecientes a la escuela de buceo, afirmaron haber visto un tercer envoltorio, aunque de momento no ha podido ser localizado.

Aunque no se descarta la hipótesis de que los restos humanos encontrados pudieran ser elementos utilizados un "ritual de santería", las autoridades locales están actuando con cautela, ya que los investigadores de la Guardia Civil están consultando con expertos en la materia por si pudieran aportar nuevos datos que condujeran a nuevas líneas de investigación.

Un macabro precedente

Hace menos de un año, también en la costa mediterránea española, pero unos 600 kilómetros al norte, un joven se metió en el agua en la playa de Palangrers y empezó a recorrer la costa equipada con unas gafas y un tubo de buceo. Cuando se encontraba a unos cinco metros de la arena, junto a unas rocas y a muy escasa profundidad creyó ver lo que parecían tres cráneos y un fémur humano. Advirtió de su hallazgo a la policía local. Dos días más tarde se localizaban en la zona cinco cráneos humanos más.