Golpe de estado en Turquía


El jefe del Estado mayor ha sido tomado como rehén

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Una facción del Ejército turco asegura que tiene el control del país después de que haya tomado la televisión pública, el aeropuerto internacional Ataturk, infraestructuras básicas como los puentes sobre el Bósforo y el palacio presidencial.

Sería un golpe de Estado en toda regla, como admitió el propio primer ministro, Binali Yildirim, en una comunicación en la que aseguró que se trata de un "grupo perteneciente a los militares". Los golpistas han tomado como rehén al jefe del Estado mayor, Hulusi Akar.

Aunque las autoridades llaman a la calma y aseguran que mantienen el control, lo cierto es que el Parlamento está rodeado de tanques y se están escuchando disparos en los alrededores del aeropuerto.

A través de la televisión local, los militares han anunciado que se ha impuesto la ley marcial y el toque de queda. Mientras tanto, fuentes presidenciales contradicen estas palabras al asegurar, casi al mismo tiempo, que el presidente Erdogan y el Gobierno continúan en el poder.

En un comunicado oficial, dicen que se trata de un "ataque contra la democracia turca" y que la declaración de golpe de Estado "no ha sido autorizada por el comando militar", para dejar claro que la cúpula militar no apoya la rebelión. Por su parte, el primer ministro, Binali Yildirim, ha publicado en su cuenta de Twitter un mensaje en el que pide a la población que mantenga la calma.

Turquía, miembro de la OTAN y con uno de los Ejércitos más poderosos de la Alianza Atlántica, es uno de los principales aliados de EEUU en la lucha contra el ISIS. Además, es uno de los oponentes más significados del presidente sirio Bashar Al Asad y alberga en su territorio a dos millones de refugiados sirios.