Inflación en EE.UU. supera a la crisis del 2008


El Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha colocado en el 4,2%, su nivel más alto en trece años.

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Estados Unidos se recalienta. El precio de los alimentos frescos ha subido un 2,4% sólo en un mes, la mayor alza nada menos que desde 1974, cuando la crisis del petróleo creó un palabro', 'estanflación' - una combinación de recesión e inflación - que aún hoy provoca sudores fríos a muchos economistas.

Así que el Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha colocado en el 4,2%, su nivel más alto en trece años. El dato ha pulverizado las previsiones de los expertos, y ha puesto en cuestión la teoría de la Reserva Federal y del Gobierno de Joe Biden de que, a pesar del estímulo fiscal y monetario, la estabilidad de precios en Estados Unidos no está amenazada.

La mayor parte de Wall Street no compra esa idea, y los índices de las grandes empresas (el Dow Jones, en S&P500 y el NASDAQ), registraban caídas de entre el 1,2% y el 2,1% a falta de dos horas para el cierre de la sesión. El dólar caída ligeramente y el bono a diez años volvía a subir, en previsión de tipos de interés más altos.

Desde el pasado noviembre, la rentabilidad de la deuda estadounidense ha subido casi ocho décimas de punto porcentual, en un claro endurecimiento de las condiciones monetarias contra el que poco han podido hacer las gigantescas inyecciones de liquidez llevadas a cabo por la Reserva Federal.

Para la Bolsa, la inflación, las expectativas de inflación -es decir, hasta dónde cree el mercado que van a subir los precios- y la rentabilidad del bono -que, a más intereses, significa créditos más caros- es una cuestión de importancia crítica. En teoría, en un escenario con menos liquidez (o sea, tipos más altos) y precios acelerados, los llamados 'valores de crecimiento' y las tecnológicas, muchas de las cuales dependen de créditos para financiar su expansión, salen perdiendo.

Lo anterior es lo que explica que en NASDAQ, una bolsa en la que las empresas de tecnología tienen un enorme peso, esté siendo la más afectada por la aceleración de los precios.

Hay también problemas de oferta. En la construcción, por ejemplo, EE.UU . afronta una escasez enorme de madera. En los productos tecnológicos y los automóviles faltan microchips. Y, volviendo al cobre, la producción mundial no da abasto para las necesidades de la industria de las renovables y de los coches eléctricos.

Habrá que esperar varios meses para saber si esta alza de la inflación es un fenómeno temporal o, por el contrario, va a requerir un endurecimiento del precio del dinero antes de lo previsto por la Reserva Federal y otros grandes bancos centrales.