Sacerdote e investigador: “No se puede seguir protegiendo más al asesino de Monseñor Romero”
La fórmula presidencial de ARENA han puesto en duda la Comisión de la Verdad y defienden a d’Aubuisson, señalado de ser el responsable del crimen.

El académico e investigador Juan Vicente Chopin, recoge en un libro el martirio de la iglesia salvadoreña, a la luz de “dos faros”: Monseñor Óscar Arnulfo Romero y padre Rutilio Grande, desde donde propone un cambio en la sociedad, pero también considera que es necesario conocer la verdad y que el Estado acepte el martirio del Obispo y deje de proteger a sus asesinos.
El sacerdote habló de su libro “Teología del Martirio Cristiano. Implicaciones Socio Eclesiales”, que se divide en una parte histórica, otra bíblica y una teológica.
Según Chopin, el asesinato del beato fue ordenado por una parte de la oligarquía a la que el obispo le resultaba incómodo, y fue planificado y ejecutado por el fundador del partido ARENA, Roberto d’Aubuisson, tal como ha sido demostrado por tres informes internacionales que han dado seguimiento al caso, y no así por la justicia salvadoreña y por algunos políticos de este país.
“No podemos ir en contra de expedientes sustentados por organismos internacionales e investigaciones locales. En todos estos se deduce que Roberto d’Aubuisson está implicado en el asesinato. Y esto no es una opinión de nadie, es un hecho científico, y las investigaciones así lo dicen”, manifestó.
Que el candidato presidencial de ARENA, Carlos Calleja, y su compañera de fórmula, Carmen Aída Lazo, pretendan desconocer o desmeritar la figura de Romero es una postura equivocada, según el religioso, quien recomendó a Calleja “aceptar al menos que existen los expedientes que hablan sobre el asesinato donde se menciona a d’Aubuisson… de no ser que quiera desacreditar a Romero”, dijo, a la vez que se pronunció porque el juez active el caso para tener el resultado de la investigación.
El 14 de octubre próximo, se llevará a cabo la canonización de Beato, en un acto solemne en el Vaticano, donde la iglesia reconocerá su martirio, junto a la santidad del papa Pablo VI. “El mensaje del papa Francisco es claro, y es que necesitamos obispos de la talla de estos dos santos”, manifestó [vía: DLP].