La vida sigue después de romper con una relación larga, aprende las enseñanzas que te deja
Es hora de ver el mundo de otra manera. ¡Ánimos!
Cuando el amor se acaba, no hay más que hacer. Es decepcionante terminar con la persona que alguna vez pensaste te acompañaría para toda la vida.
Esta, seguramente es una de las etapas difíciles a superar en la vida. Una relación terminada. Lloras cada mañana y cada noche mientras quien fue tu pareja va al cine, disfruta el mundo y se manda mensajes con alguien más…Pero, la vida no ha terminado en ese ciclo.
Acá algunas lecciones que aprendemos cuando rompemos una relación larga. Te ayudarán a ver la vida de otra manera.
Cero arrepentimientos
El tiempo que estuviste con esa persona fue único. Compartir con alguien más pudo ser la mejor experiencia de tu vida y no debes arrepentirte de nada. Deja ir el dolor.
Es difícil enfrentar la soledad
Ir al cine, a comer, a la playa, hablar, textear… Son cosas que ya no harás con esa persona, pero cuando aprendes a hacer todo eso por ti y compartirlo con otras personas como amigos o familia, te darás cuenta de que por fin eres independiente.
No serán amigos de inmediato
Es mejor guardar distancia para sanar las heridas y si las cosas terminaron bien, tal vez en el futuro podrán ser amigos.
El mundo es tuyo
Los planes que alguna vez dejaste de lado por esa persona, el futuro que planeaste antes de tu relación, las limitaciones que, sin querer, tu pareja te daba. Ahora es tu momento para avanzar, para cumplir tus metas, tus objetivos.
Debes conservar a tus amigos
Ellos serán tu apoyo en los momentos más oscuros y te sacarán a flote cuando te hundas en la depresión, la tristeza y el miedo. En una relación de largo plazo, a veces perdemos el contacto con los amigos y nos enfocamos en la relación: el peor error de la vida.
No necesitas una relación
Cuando llegas a este punto, el futuro parece mejor. Porque a pesar de que estuviste con una persona por tanto tiempo, te das cuenta de que eres independiente y la vida sigue. Con o sin una relación.
