Vocero de Daniel Ortega pide a OEA "no andar jodiendo" a Nicaragua en plena crisis

Sin reparar en cuidados diplomáticos, el diputado Jacinto Suárez, jefe de relaciones internacionales del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua, reclamó a la OEA "no andar jodiendo" a ese país, envuelto en una grave crisis que ha dejado casi 450 muertos desde abril pasado.

El legislador agregó en nombre de su jefe el presidente Daniel Ortega que en todo caso la comisión la hagan en país como Argentina "donde hay 750 muertos" contra el presidente Mauricio Macri. Suárez no indicó el origen de esa cifra, sus fuentes o a qué incidentes se refería cuando no hay datos concretos que la avalen.

Con esos modos el legislador reiteró así el rechazo oficial a una comisión que ayudaría a buscar salidas pacíficas al conflicto y que podría conformarse este jueves en una sesión del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos, a instancias de ocho Estados miembros. Argentina es uno de los países que solicitó esa reunión lo que explicaría el exabrupto del legislador. En Nicaragua hay una rebelión en demanda de democracia, y la salida del autócrata Ortega. El gobierno ha reprimido a las manifestaciones con grupos de tareas paramilitares que asesinaron a más de 400 personas, en su mayoría jóvenes y ha arrestado y perseguido a centenares.

"Esa comisión es interventora. ¿En nombre de la relación con la OEA hay que aceptar la intervención? Que (la OEA) haga lo que debe, no andar jodiendo", afirmó Suárez en declaraciones que cita el diario "La Prensa" de Managua en su edición impresa.

Ortega envió el lunes una "enérgica protesta" a la OEA, por considerar que pretende "inmiscuirse en los asuntos internos que únicamente competen al Estado de Nicaragua". Advirtió que desconocerá a la referida comisión por ser fruto de "un acto de injerencia en los asuntos internos de nuestro Estado y de violación a nuestra soberanía nacional".

Desde que en abril se iniciaron las protestas contra el Gobierno, fuertemente reprimidas por policías y paramilitares, unas 450 personas han muerto y más de 2.800 resultaron heridas, según la ONG Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos. Ortega aseguró el lunes que el Gobierno contabiliza 195 muertes.