60 años de prisión para salvadoreño que asesinó a su esposa a machetazos en E.E.U.U


El salvadoreño asesinó a su esposa y luego intentó suicidarse chocando su camioneta. El hombre fue condenado a 60 años de prisión.

60-anos-de-prision-para-salvadoreno-que-asesino-a-su-esposa-a-machetazos-en-eeuu

Un hombre salvadoreño acusado por asesinar a su esposa con un machete fue encontrado culpable por el asesinato de su esposa y fue condenado a 60 años de prisión, en la ciudad de Carbonale, Colorado, Estados Unidos.

Bajo juramento, Arturo Navarrete Portillo de 47 años de edad, dijo que no recuerda lo que pasó el 16 de febrero de 2015, cuando su esposa apareció mutilada en su casa, sin embargo, según las autoridades norteamericanas, el salvadoreño asesinó a su esposa y luego intentó suicidarse chocando su camioneta, ambos estando en estado de ebriedad.

Los abogados defensores argumentan que una combinación de tóxicos y la provocación llevaron a al asesinato y han pedido al jurado encontrar a Navarrete Portillo culpable de asesinato en segundo grado por un crimen pasional y de esta manera bajar considerablemente la pena.

La policía indicó que el hombre de 47 años confesó haber matado a su esposa mientras era llevado a un hospital tras intentar suicidarse, chocando su camioneta contra un camión que transportaba ganado en la ciudad de Carbonale, Colorado, el cuerpo de María Carminda Portillo Amaya, de 30 años, fue encontrado 10 horas después del accidente vehicular en su hogar.

La Oficina de Investigación de Colorado (CBI) recogió pruebas en la escena del crimen y dijo a los fiscales que procesan tanto la escena del crimen así como la camioneta Toyota 4Runner con la que el salvadoreño intentó suicidarse.

Joe Clayton, de la CBI, reitero que había encontrado una amplia variedad de pruebas en contra de Navarrete Portillo, Clayton también narró la escena para el jurado mostrando fotografías espantosas de cuerpo de la mujer, donde se evidenciaban grandes y profundos cortes en la barbilla, la boca, el cuello y barras alineadas eran evidentes en el interior de su brazo derecho, uno cerca de la ruptura del apéndice por debajo del codo.